andaba pensando

Comienza la primavera en Honshu, una mágica fortaleza que se alza sobre el Pacífico, creada por las más infernales y apocalípticas fuerzas de la naturaleza. Como las atalayas de un castillo, las veinte cumbres de la isla que surgieron de lo más profundo del océano, tocan el cielo a tres mil metros de altura, y contemplan el devenir del tiempo con una resignación firme y tranquila, dejando apenas espacio para los valientes guerreros que sobreviven en ella. La estación que llama a iniciar el eterno ciclo de la vida, inunda Honshu de pequeñas flores de cerezo, que antes de marchitarse, abandonan sus ramas para alfombrar cada camino, cada recoveco, cayendo suavemente en el agua de los estanques, lagos y ríos, sobre los que navegan hasta desaparecer. Su efímera belleza permanece sin embargo inalterable en la memoria de los habitantes de la isla, que las contemplan asumiendo que no afrontarán el paso del tiempo, ni la decrepitud de la vejez, que se desprenderán de la vida en e...

La expectativa de vida de una mujer en España, en el año 1967, era de 74´07 años. Con los últimos datos del año 2015, esa expectativa ha aumentado hasta los 86´3 años. Son casi 12 años más de tiempo, lo que supone que si en 1967 se podía esperar la visita del revisor del Tren al Infierno (Robert Bloch, 1958) en 24´07 años, hoy su visita se demorará hasta aproximadamente los 36´3 años. Pero inevitablemente ese día llegará y no hay nada peor que ser descortés con las visitas, más aún cuando la cita estaba acordada desde hace tanto tiempo. Dicen que Martin siempre guarda un asiento vacío a su lado para quien quiera escuchar su historia y si le caes bien, aunque ya no funcione, te dejará dar un par de vueltas a la rueda de su reloj de plata.

Y después de todo, allí estabas, mirándome a los ojos, sin saber en qué forma ibas a cambiar el resto de mi vida. Esa fue la segunda vez que me encontré contigo. Ahora sé que sólo con la primera vez fue suficiente. La vida tiene estas pequeñas sorpresas de las que sólo te das cuenta cuando miras al pasado buscando una respuesta. Y es posible que sólo encontremos la respuesta que buscamos porque sólo nos hacemos la pregunta que queremos responder y no otra. Pero la realidad se escribe a golpe de cincel sobre la roca, sin posibilidad de enmienda, ni revisión, ni interpretación. Por eso sé, ahora, que ese fue el momento en que debí tomar un camino que no tomé y que por eso hoy estoy imaginando lo que pudo ser nuestra historia, cuando la realidad me muestra, impasible, que el único lugar posible en que puedo existir es junto a ti y que no hay nada más allá que tenga ningún sentido. The last time

Somos los recuerdos que decidimos rememorar.

El despacho del encargado estaba al fondo del estrecho pasillo. La puerta oscurecida por el humo que llegaba de la cocina había vivido años mejores, el pomo estaba ennegrecido y apenas brillaba por el lugar en el que apoyó la mano y abrió. - Jefe, vengo a pedirle algo. Estaba sentado tras la mesa, recostado sobre un mugriento sillón de aspecto tan desgastado como él mismo, leyendo una revista que apoyaba sobre su grueso abdomen. Levantó la mirada, resopló y bajó sus gafas hasta la punta de la nariz. - Dígame, Martínez.  - Sé que llevo poco tiempo aquí, pero creo que estoy haciendo un buen trabajo. Martínez apenas superaba los veinte años y aún así, había visto más series y películas que todas las personas a las que había conocido, incluso aquellas que le doblaban o triplicaban su edad. Desde muy pequeño disfrutaba con el séptimo arte y cuando reunía algo de dinero, lo gastaba en rodar cortos que después presentaba en festivales. Su sueño era rodar un largometr...

Preparaba las vieiras desde primera hora de la mañana, en cuanto llegaba el mozo con las bolsas del supermercado. Las conchas a un lado, la salsa aparte y después de cocidas en agua con sal, un suave rebozado en pan rallado. Cuando los demás se levantaron a desayunar, la cocina olía a mar, a especias y a cariño. Acababa de chisporrotear la cafetera sobre el fuego del gas y la leche casí hervía, lista para ser servida en unas tazas descabaladas de varias viejas vajillas. Desayunaban en la gran mesa del comedor, desde la que se podía ver el oscuro azul del Cantábrico. Había amanecido lo suficiente para que el sol disipara la bruma que cada mañana habitaba toda la Punta de Couso. El azucarero y algo de pan tostado llenaban el centro de la mesa, junto al sonido de las cucharillas al remover el café y los susurros de las primeras palabras que se dicen cuando aún no se ha despertado del todo de un profundo sueño . Palabra del día: vieira Del gall. vieira. 1. f. Molusco come...