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Adorada soledad

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Aqui estoy de nuevo, deshaciéndome del lastre que supone mantener la puerta permanentemente abierta. A veces necesito descansar, respirar hasta llenar mis pulmones completamente, y escuchar el silencio de mi adorada soledad. Cuando el aire sale de mi, lo hace transformando millones de recuerdos y sensaciones en cálido aliento que se diluye en el universo que me rodea. El sistema se cierra, el aire caliente me impulsa hacia un nuevo rumbo, los recuerdos ya no existen, podré recuperarlos con una nueva inspiración, pero deberá ser voluntaria y precisa, y aún así, nunca volverán en la misma forma que se fueron.

Todo es azul

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Y bajamos por las callejuelas del centro, caminando entre la gente, hasta que inadvertidamente, la plaza se abrió para nosotros, soberbia y acogedora. Teníamos a nuestra espalda el templo de la música y frente a nosotros, el Palacio de la vanidad, lejano, detrás de un mar de laberínticos jardines, custodiados por estatuas de valientes guerreros y pensadores ilustres, que no supieron impedirnos el paso. Cruzamos insolentemente entre ellos y tocamos los muros del Palacio, lo hicimos nuestro y después lo abandonamos. Para siempre. Regresamos cargados de historia, de sabiduría, de infinita comprensión. Y nos sentamos a contemplarnos en toda nuestra belleza. Ya no hay reservas, porque no hay miedo. Todo es azul.

Punto de congelación

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A medida que iban quedando menos pasos para llegar a la puerta, la ansiedad iba en aumento. Hacía más de un año que no se encontraba con M. y no sabía cómo se sentiría al volver a verle. Desde la puerta pudo ver que había un montón de gente alrededor de la mesa, y salvo tres personas, hubiera preferido que a los demás se los tragara el mismo infierno, pero no siempre se puede tener todo lo que se desea. O no cuando se desea. Avanzó hacia la barra, pidió una cerveza y fue entonces cuando se dió cuenta de que le había visto y no había sentido absolutamente nada. Le dijo al camarero que no le pusiera la cerveza, que se tenía que ir, y sin que nadie la hubiera visto se marchó. Al salir una sonrisa brotó en sus labios, sabía que ese día tenía que llegar, pero le sorprendió que hubiera sido tan fácil.

Cambio a mejor

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Resulta que el lunes empiezo en el nuevo curro. Voy a ganar más pasta, tener mejor horario, que implica que llego a casa media hora antes y los viernes por la tarde acabo a las tres, trabajaré de asesora legal de mi boss, que por lo poco que le conozco, me cae bien, y en general, creo que cambio a mejor. La culpa de todo la tiene, como siempre, el Oráculo, que no me dejó invitar a mi antigüo jefe a que se comprara un bosque y se perdiera cuando me lo pedía la bestia cavernaria que habita en mi interior. Aguanté la espera como una sonriente estatua de mármol, fria e impasible, y cuando me aceptaron le di puerta de forma elegante y aristocrática. Parece mentira lo que se aprende a hacer con los años. Quien me ha visto y quien me ve. Tempus fugit. El caso es que me queda la espinita de montar ya mismo mi empresa, tenía casi todo atado, hasta la pasta era cosa hecha, pero en fin, todo puede esperar, incluso puede que sea para mejor. Ya veremos.

Alivio de luto

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Pues no noto nada... Dentro de una hora tengo que ir al funeral. Se celebrará en la misma iglesia donde hice la comunión, la confirmación, donde me casé y donde bauticé a mi hija. En ninguna de esas celebraciones sabía qué demonios hacía allí y hoy tampoco lo sé

El eslabón perdido

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Resulta que el hombre más inteligente del mundo ha rechazado el reconocimiento a su genio. Y hay quien se extraña. Me pregunto cómo es posible "reconocer" lo que no se puede conocer, ni se comprende. Cómo se puede aceptar un "premio" por ser tan diferente que quien te lo dá no puede ser considerado ni de tu misma especie. Y cómo piensan que se puede aceptar alegremente un insulto tan grotesco como que existe dinero para pagar una genialidad semejante. No es que me ponga del lado de este tipo, es que no hay otro lado al que situarse, lo demás es un abismo de superficialidad, marketing y vanidad.

Fractal

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Si es que todo me pilla ya de vuelta. Cualquier sentimiento ya lo he sentido antes, cualquier situación ya la he vivido antes, no exactamente, claro, pero si tan parecida que no me sorprende en absoluto. No me creo las celebraciones, porque no las siento como tales, han sido tantas que no se celebra lo que es una costumbre. Ni me creo los duelos, porque mi corazón ya está desbordado de ellos, además desde hace una eternidad. Sintiéndolo todo, en realidad ya no siento nada. Trato de sentir a través de otros, escucho sus experiencias y siempre llego a la misma conclusión, y es que eso ya lo viví, ya lo sentí, y volver a hacerlo no provoca la misma sensación. La vida es un ciclo que irremediablemente se torna aburrido, y parece que no hay otro remedio que seguir dando vueltas, como hace todo el mundo. Y un día conoces a alguien que no baja la mirada aunque se sienta observado como un ratón de laboratorio. Que no elude adentrarse en lo más oscuro de lo que somos, que sigue el jue...