Pues vale

Cuando volví a trabajar me sentí genial, pero al poco tiempo ya echaba de menos tener tiempo para mi y para la Reina. Me parecía que cobraba poco, que eran demasiadas horas, que había pocos días libres, en fin, lo normal.
Ahora que vuelvo a estar en casa, y después de unos días de hacer todo lo que no he podido hacer durante meses, empiezo a subirme por las paredes.
Creo que tengo la enfermedad del inconformismo, y es muy incómoda.

Comentarios