Ahora sé por qué te amé

Con motivo de la celebración del día de los enamorados, se han podido leer en la Red algunos artículos relacionados con el Amor, así, con mayúscula. Me ha parecido muy interesante el que ha publicado El Mundo en su sección de Ciencia, con el título de "El adictivo cóctel cerebral del amor".

En la foto podemos ver a Sarko y Carla como iconos de lo que cualquiera puede entender que es un enamoramiento que no vigila sus consecuencias, sin duda un ejemplo de lo más adecuado para el argumento del artículo, que viene a resumirse más o menos en que el Amor es una droga de la que no te puedes desenganchar una vez te atrapa, y que te hará sufrir todos los síntomas, buenos, malos y peores, de cualquier droga.

Este amontonamiento de sensaciones de la que es la más poderosa de las emociones, no es sino una perfecta o ¿casual? coincidencia de feromonas, ciclo hormonal, estímulos olfativos, histocompatibilidad del sistema inmune y descargas de feniletilamina y dopamina, que en conjunto provocan que nuestro cerebro funcione de una forma determinada, produciéndonos placer y excitación y lo mejor de todo, inhibiendo la racionalidad y el sentido crítico hacia el objeto de nuestro deseo.

¿Quien podría vivir siempre así? Pues nadie, obviamente, la especie se habría extinguido sin remedio, por eso la naturaleza que es sabia, o algo parecido, posibilita que los efectos de esta poderosa droga se vayan diluyendo con el tiempo.

En el artículo titulado "Aseguran que el amor dura, como máximo, cuatro años" de Infobae.com, los científicos nos dan alguna esperanza, aseguran que se puede vivir sin tener que sufrir los perniciosos efectos de esta droga durante toda la vida, porque tiene establecido de antemano un plazo de caducidad bastante asumible, sólo cuatro años, y ¿quien no puede gastar cuatro años, en algún momento de su vida, para abandonarse al placer?.

Una vez que desaparece el Amor en su forma más adictiva, se activan las hormonas que harán perdurar su recuerdo en forma de apego y cariño familiar, como la oxitocina, pero el Amor ya habrá desaparecido y en su lugar sólo podremos encontrar la nostalgia de lo que fue.

Así que no hay por qué sufrir cuando se está enamorado, sabiendo que es un estado de locura transitoria que acabará sin ninguna duda, ni tampoco hay que sufrir cuando el Amor se acaba, porque probablemente, si lo deseamos, volveremos a sentirlo de nuevo, claro que ¿quien podría desear algo así, sabiendo ya los efectos tan devastadores que produce?.

Pero bueno, si la gente fuma, y bebe, y se mete de todo en las venas, y los efectos de todas esas drogas no tienen ni comparación con el Amor, ¿cómo iban a dejar de intentar sentirse enamorados?, al menos por mi parte no renunciaré a intentarlo, me declaro adicta al Amor.

Comentarios