Primer paso

Estoy agotada, tengo encefalograma plano y las ideas se arremolinan en mi cabeza sin llegar a tomar forma.
No sé escribir lo que no pelea por salir de mi y estoy tan cansada que no hay nada en mi interior que tenga el más mínimo interés en armar barullo.
Soy un remanso de paz emocional porque mis sentidos están embotados de madrugones, reuniones, llamadas, desayunos imposibles, montones de papeles, tráfico, semáforos y lluvia.
Sin embargo esta aparente calma parece que tiene un fundamento que va tomando forma.
Es posible que muchas de las tormentas tuvieran su origen en el dolor por la ausencia de mi padre, que poco a poco va acallándose y que otras inquietudes se acrecentaran por exceso de tiempo libre y ese pasatiempo que tan bien se me dá de darle vueltas a las cosas, así que tal vez la calma surja en realidad desde el interior.
No lo sabré hasta que pase más tiempo, pero por ahora el cielo sigue despejado.
No quiero ni pensar en un reencuentro que haga temblar los pilares sobre los que estoy creciendo y que creo tan firmes. Deseo ser feliz y superar de una vez los sueños imposibles, porque quiero empezar de nuevo a vivir la realidad que ahora se despliega llena de luz y calor.
Al fin y al cabo, no se desea lo que no cuesta obtener, pero también llega un momento en que surge la duda de si lo que una y otra vez se escapa no debería estar para siempre lejos de ti.
Podría seguir soñando, pero hasta mis sueños quieren volver a disfrutar de la libertad.
No sé escribir lo que no pelea por salir de mi y estoy tan cansada que no hay nada en mi interior que tenga el más mínimo interés en armar barullo.
Soy un remanso de paz emocional porque mis sentidos están embotados de madrugones, reuniones, llamadas, desayunos imposibles, montones de papeles, tráfico, semáforos y lluvia.
Sin embargo esta aparente calma parece que tiene un fundamento que va tomando forma.
Es posible que muchas de las tormentas tuvieran su origen en el dolor por la ausencia de mi padre, que poco a poco va acallándose y que otras inquietudes se acrecentaran por exceso de tiempo libre y ese pasatiempo que tan bien se me dá de darle vueltas a las cosas, así que tal vez la calma surja en realidad desde el interior.
No lo sabré hasta que pase más tiempo, pero por ahora el cielo sigue despejado.
No quiero ni pensar en un reencuentro que haga temblar los pilares sobre los que estoy creciendo y que creo tan firmes. Deseo ser feliz y superar de una vez los sueños imposibles, porque quiero empezar de nuevo a vivir la realidad que ahora se despliega llena de luz y calor.
Al fin y al cabo, no se desea lo que no cuesta obtener, pero también llega un momento en que surge la duda de si lo que una y otra vez se escapa no debería estar para siempre lejos de ti.
Podría seguir soñando, pero hasta mis sueños quieren volver a disfrutar de la libertad.
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