Inocencia
- ¿Donde?
- Ven, incorporate un poco. Allí, ¿la ves?.
- Si, ¿hace mucho que está?.
- No lo sé, acabo de despertarme. Deberíamos ir.
- Recuerda lo que ocurrió la última vez, cuando estábamos a punto de llegar se apagó y cada vez me siento más cansado.
- Si, es verdad, pero ahora puede ser diferente.
- ¿Por qué iba a ser diferente?, ¿sabes?, no creo que la luz signifique nada en realidad y cada vez que emprendemos camino hacia ella dejamos atrás todo lo que conocemos. Me parece que esta vez no iré contigo, te esperaré aqui, en la oscuridad, me acabaré acostumbrando, acabaré sintiéndome bien y creo que tú también podrías intentarlo.- Ven, incorporate un poco. Allí, ¿la ves?.
- Si, ¿hace mucho que está?.
- No lo sé, acabo de despertarme. Deberíamos ir.
- Recuerda lo que ocurrió la última vez, cuando estábamos a punto de llegar se apagó y cada vez me siento más cansado.
- Si, es verdad, pero ahora puede ser diferente.
- Si, podría intentarlo.
- Mira, aqui podemos construir algo para nosotros dos, olvidarnos de cómo eran las cosas y adaptarnos a la nueva situación. Si continuamos viajando sin saber a donde vamos ni por qué, no haremos más que agotarnos, y ya no nos quedan muchas fuerzas. Deberíamos quedarnos y olvidarnos de la luz.
- Pero no puedo olvidarla, sueño con ella, en mis sueños la luz vuelve a inundar todo lo que nos rodea, es maravilloso, aún más de lo que recuerdo en realidad.
- Claro, porque es sólo un sueño, no volverá a ser así, lo sabes, podemos caminar soñando que las cosas cambiarán, pero no lo harán. Ya lo hemos hecho muchas veces y cuando nos acercamos, la luz desaparece.
- La última vez casi lo conseguimos, estuvimos muy cerca.
- No puedes saberlo, sólo nos lo parecía, pero no puedes saberlo, incluso ahora tampoco sabes a qué distancia está, para mi está lo suficientemente lejos como para no intentar ir.
- Pero si no vamos, significará que hemos renunciado, ¿es que quieres vivir así para siempre?.
- Sólo quiero vivir la realidad, y la realidad es lo que estamos viviendo ahora, busca la forma de ser feliz así y olvídate de perseguir destellos que no sabes ni qué son.
- No sé lo que son, pero sé a donde conducen, sé que cuando lleguemos el umbral se abrirá y podremos vivir de nuevo como antes.
- No lo sabes, sólo lo deseas.
- No, lo sé, sé que debo seguir esta luz como hemos seguido antes las demás. Sé que los que quedaron atrás no han conseguido volver a ver nada en la oscuridad, sé que es importante continuar, porque cada vez estamos más cerca, sé que la luz significa algo, sé que tenemos que continuar.
- Deberás ir sola esta vez, no te voy a acompañar. Regresaré con los demás, donde sea que estén.
- Quiero que vengas conmigo, sabes que te necesito.
- No, sólo necesitas perseguir la luz, no te importa nada más y mucho menos yo. Vete ya, parece que se aleja, si no te vas ahora no podrás seguirla.
- No me obligues a elegir, por favor, ven conmigo.
- Deberías marcharte ya.
La luz comenzó a alejarse y ella permaneció junto a él, mirando como su tenue brillo se iba debilitando. Las lágrimas empezaron a mojar sus mejillas, ya casi no podía verla. La oscuridad empezó a rodearles como nunca antes lo había hecho, el frío se hizo tan intenso que dolía respirarlo. El silencio se convirtió en un abismo terrible ausente de vida.
Se abrazaron y permanecieron inmóviles, mientras la luz desaparecía para siempre. Nunca más volvió a aparecer, y ella nunca más volvió a soñar.
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