40 otoños y una Wii

Pues si, hoy me caen 40 otoños y me parece mentira que hace tan sólo un año estuviera tan mustia y hoy me encuentre tan feliz, debe ser que he pasado la crisis de los 40 con antelación, como me pasó con la de los treinta.

Igual también ha tenido que ver que los cambios que tanto estaba esperando han llegado uno tras otro y por qué no, igual también ha tenido que ver que el Oráculo me ha sorprendido con un regalo que no creí que fuera a hacerme, me ha regalado la Wii.

Llevamos casi diez años sin decidirnos a comprar una consola y es porque cada vez que probaba alguna me faltaba algo, me sentía como cuando juego en el PC, pero más incómoda, los mandos no me llegaban a encajar, las manos debían estar demasiado juntas y además tenía la sensación de estar atada a un cable. El Oráculo me decía que no había nada diferente, pero no sé por qué yo esperaba más.

Entonces hace más un año comencé a oir hablar de la Wii, una forma completamente nueva de jugar, ya no había cables y cada mano tenía su propio mando completamente independiente, me gustó desde el primer momento, aún sin tener la oportunidad de probarla, así que las navidades del año pasado anduvimos de sitio en sitio tratando de comprar una, sin importar lo que costara, pero no había, ni siquiera podías hacer una reserva, tampoco las iban a traer. Me desilusioné bastante y lo olvidé.

Este año no comentamos nada, pensé que pasaría como el año pasado, así que cuando el Oráculo me la ha regalado no podía creerlo, de hecho, sigo sin poder creerlo, a pesar de llevar desde ayer jugando todo el día.

No es como las demás, no tiene nada que ver, juegas de pie, necesitas espacio para moverte y acabas cansada, como si en realidad, físicamente, hubieras estado jugando. No es sólo la mente la que juega, eres tú quien juega y la sensación es brutal y eso que para empezar sólo hemos probado el Wii Sports.

La Reina está encantada y por cierto nos canea a los dos, debe ser que con la nintendo DS se ha entrenado y ahora parece que llevara toda la vida jugando a la Wii, verla boxear dá hasta miedo, en fin, ahora que tengo 40 me siento como una niña, con mi juguete nuevo.

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