El obstáculo

Pero elegiste estar con ella. También es cierto que no moví un dedo, ni luché por ti, pero amor mío, deberías saber que lo que te hace único, lo que nos hace únicos a cualquiera de nosotros, es la forma en que disponemos de nuestra libertad.
Cuando me la presentaron me miró como si le fuera a robar la vida, así que sabía que podría hacerlo. Aunque ya entonces no tenía ninguna duda, fue en ese momento cuando estuve segura que ella no se sentía suficiente para ti. Sin embargo, no me siento cómoda siendo el verdugo de nadie, no me lo perdonaría.
Sabes que te quiero, pero no reclamaré tu atención, ni te pondré trampas en las que no podrás evitar caer, ni te obligaré a dar ningún paso que no quieras dar. Por eso sabes que te quiero, y por eso vuelves a mi, sin poder evitarlo. Lo haces porque quieres hacerlo, nada más, sin compromisos, ni promesas, ni esperanzas.
Ya pasó el momento en que necesitabas que te demostrara mi amor, ahora sabes que nunca lo haré, no quiero aprender a hacerlo, ni siquiera por ti.
Si lo hiciera tendrías la excusa perfecta para quedarte a mi lado, pero la persona a la que amo eres tú, no lo que esperas llegar a ser conmigo.
Y cuando el tiempo acabe de pasar y volvamos a vernos, sé que seguiré amandote, como la primera vez que te vi, y de igual forma seguiré sabiendo que lo que más debo respetar de ti, es tu libertad de escoger.
Comentarios
Publicar un comentario